¿Alguien cree de verdad que el cristianismo contemporáneo carece de predicadores, libros, traducciones de la Biblia, y detalladas declaraciones doctrinales?

Lo que realmente falta es pasión para invocar al Señor hasta que Él abra los cielos y se muestre Todopoderoso.

La oración es más que algo que nosotros hacemos. Es algo que Dios hace a través de nosotros. Acepta la invitación de Dios para encontrarte con Él - y participar en Su voluntad en la tierra.

Únete a los exploradores que han abierto caminos para el Señor en la oración.

lunes, 1 de septiembre de 2014

LA ORACIÓN - UN MISTERIO

La oración es un misterio, y después que hayamos considerado unas cuantas preguntas referentes a este asunto, creo que apreciaremos todavía más el carácter misterioso que rodea a la oración, pues son preguntas muy difíciles de contestar. Con todo, esta observación no se hace para sugerir que el misterio de la oración es incomprensible, o que los varios problemas envueltos en la oración son inexplicables. Es sólo para indicar el hecho de que son muy pocos los que realmente saben mucho acerca de estos problemas. Como consecuencia, son muy pocos los que en la oración pueden realizar mucho para Dios. El poder de la oración está, no en lo mucho que oremos, sino en el grado que nuestras oraciones sean conformes con el principio fundamental de la oración. Solamente las oraciones de esta clase son de verdadero valor.

Las preguntas principales que se hacen son: ¿Por qué orar? ¿Cuál es la utilidad de orar? ¿No es Dios omnisciente y omnipotente? ¿Por qué tiene Dios que esperar hasta que nosotros oremos antes de comenzar a obrar? Puesto que Dios ya lo sabe, ¿por qué tenemos que decírselo todo? (Filipenses 4:6). Puesto que Dios es Todopoderoso, ¿por qué no obra directamente? ¿Qué necesidad tiene Dios de nuestras oraciones? ¿Por qué solamente los que piden, reciben; solamente los que buscan, hallan; y solamente a los que llaman, se les abre? (Mateo 7:7). ¿Por qué dice Dios: “No tenéis… porque no pedís?” (Santiago 4:2)

Después de haber hecho las preguntas que preceden, debemos continuar la reflexión del modo siguiente: ¿Es la oración contraria a la voluntad de Dios? ¿Cuál es la relación entre la oración y la justicia?

Sabemos que Dios nunca hace nada contra su propia voluntad. Si la voluntad de Dios es abrir puertas, ¿por qué tiene que esperar a que nosotros llamemos para abrirlas? ¿Por qué no nos las abre sencillamente, tal como es su voluntad, sin exigirnos que llamemos? Puesto que Dios es omnisciente, sabe que necesitamos tener las puertas abiertas; entonces, ¿por qué tiene que esperar a que llamemos para abrírnoslas? Si es necesario que la puerta se abra, y si el abrir puertas está de conformidad con la voluntad de Dios y, además, Él sabe que necesitamos que esa puerta se abra, ¿por qué espera a que llamemos? ¿Por qué no la abre directamente? ¿Qué ventaja obtiene Dios de que nosotros tengamos que llamar?

Además, tenemos que hacer todavía estas preguntas: Ya que la voluntad de Dios es abrir la puerta, y ya que el abrir la puerta está dentro de lo justo, con todo, ¿abrirá Dios la puerta si nosotros no llamamos? ¿Preferirá Dios que su voluntad y la justicia se retrasen y no se cumplan, a fin de esperar nuestras oraciones? En realidad, ¿permitirá Dios que su voluntad de abrir puertas quede restringida porque nosotros no llamamos?

De ser así, ¿no estaríamos nosotros limitando la voluntad de Dios? ¿Es Dios realmente Todopoderoso? Si es todopoderoso, ¿por qué no puede abrir la puerta por sí mismo? ¿Por qué, en vez de ser así, tiene Dios que esperar a que llamemos? ¿Puede Dios realmente cumplir Su propia voluntad? Pero si en realidad puede, entonces ¿por qué el hecho de que Dios abra las puertas (tal como es Su voluntad) depende de que nosotros llamemos (las oraciones del hombre)?

Al hacer todas estas preguntas nos damos cuenta de que la oración es un gran misterio. Pues aquí vemos un principio del modo en que Dios obra, y es el siguiente: que el pueblo de Dios tiene que orar antes de que el mismo Dios se mueva y obre. Su voluntad se realizará solamente a través de las oraciones de los que le pertenecen. Las oraciones de los creyentes hacen que se cumpla la voluntad de Dios. Dios no cumplirá Su voluntad solo; la cumplirá solamente cuando Sus fieles le demuestren su apoyo por medio de las oraciones. (Continuar leyendo…)